Las máquinas de coser no son solo una herramienta importantísima en la actualidad, sino que, debido a su evolución a lo largo de la historia y a la cantidad de modelos antiguos existentes, las máquinas de coser Antiguas se han convertido en auténticas piezas de coleccionista.
Para que sean consideradas antigüedades, por ende, maquinas de coleccionista, deben haber sido fabricadas antes del año 1.900. Las que datan a partir de esta fecha, se consideran clásicas y no antiguas, y son valoradas más bien por costureras y artesanos que por coleccionistas.
La marca Singer es, sin ninguna duda, la marca estrella en este campo. Sus inicios se remontan, nada más y nada menos, que al año 1.851, en el cual comenzó a fabricar máquinas de coser. Cinco años más tarde lanzó al mercado el modelo familiar, pero era tan caro que la empresa se vio obligada a incorporar facilidades de pago. Hoy en día, adquirir una de estas máquinas previas al año 1.900, te puede suponer un gasto económico de miles de euros, digno de cualquier pieza de coleccionismo.
La máquina de coser más cara del mundo
Entre las máquinas antiguas más caras vamos a destacar una Wheeler y Wilson, la más costosa de la historia. Fue regalada a la hija mayor de la reina Victoria de Inglaterra allá por el año 1.858, cuando dejó de ser princesa para pasar a ser reina, tras casarse con Federico, príncipe heredero de Prusia.
Está claro que no se reparó en gastos a la hora de su fabricación. Fue construida por Pollack & Schimidt y contaba con innumerables detalles, como un acabado en plata o una cubierta de vidrio con grabados dibujando escudos ingleses y prusianos.
Fue subastada en Londres en el año 1.997 por tan solo 41.000 dólares, una de los mejores maquinas de la historia. Y la más cara.