Ya sea porque lo han visto en casa o porque tienen afición por la costura, en ocasiones los niños nos piden que les enseñemos a coser. Más allá de los miedos que pueda generar a primera vista, la costura para niños puede ser una actividad muy enriquecedora que les ayudará en su crecimiento.
Enseñar a usar máquinas de coser a niños
Aunque pueda darnos un poco de respeto, con supervisión no habrá ningún problema en que los más pequeños usen una máquina de coser. Los primeros pasos para enseñar a coser a un niño, serán aprender a controlar la tela y los pedales al mismo tiempo. Tal y como haríamos con cualquier otra persona. Pero en todo momento, debemos dejar claro que la máquina de coser no es un juguete y debe tener cuidado con ella. Y pese a que en muchas tiendas os ofrecerán máquinas de coser para niñas y niños, mucho más sencillas, son igual de peligrosas e incluso más inseguras que las domésticas.
Las primeras veces que se ponga a coser, será recomendable que utilice el mismo patrón de forma que sus habilidades se asienten y puedan mejorar. Al sentirse cómodo cosiendo, será mucho más fácil que practique con técnicas más complejas como puede ser coser en línea recta.
Beneficios de la costura para niños
Uno de los principales aprendizajes para los más pequeños, es el trabajo de la paciencia. Aunque en los primeros momentos, aprender las primeras puntadas puede ser un poco complejo, una vez manejen los puntos básicos podrán disfrutar de una actividad muy relajante. Y aprenderán a tener paciencia ya que confeccionar mediante las labores de costura es una actividad que requiere un tiempo de dedicación. Además, podremos enseñarles mediante la costura que todas las horas de trabajo, acaban teniendo su recompensa.
Por otra parte, mediante la costura estaremos ayudando a que desarrollen su creatividad. No sólo se trata de elegir qué queremos coser sino también cómo será. Otro beneficio que podemos observar, es que gracias a la costura, pueden desarrollar mejor sus habilidad motoras, ayudando incluso a su concentración.
